La Justicia Federal ordenó la realización de elecciones internas en la Unión Cívica Radical de Córdoba y dejó al diputado nacional Rodrigo de Loredo ante una encrucijada política: competir dentro del partido o avanzar hacia un acuerdo con La Libertad Avanza, en tiempos que ya no juegan a su favor.
La resolución del juez federal Ricardo Bustos Fierro obliga al sector oficialista de la UCR, liderado por De Loredo, a habilitar los comicios internos que habían sido postergados. De esta forma, el radicalismo deberá ir a las urnas el 10 de agosto, apenas tres días después del cierre del plazo para la inscripción de alianzas ante la Justicia Electoral, fijado para el 7 de agosto.
El efecto inmediato de esta decisión es la virtual imposibilidad de que De Loredo acuerde una coalición electoral con los libertarios de Javier Milei utilizando el sello radical. Para hacerlo, debería cerrar el pacto antes del 7, sin haber ganado todavía la interna, lo que generaría un conflicto interno e incluso la posibilidad de impugnaciones desde el mestrismo, el espacio opositor dentro del partido.
Desde “Más Radicalismo”, el sector que encabeza Ramón Mestre, celebraron el fallo como un triunfo de la institucionalidad partidaria. Venían denunciando la falta de voluntad del oficialismo para convocar a internas y reclaman una competencia clara por la conducción provincial.
En tanto, el entorno de De Loredo asegura que cumplirán con la presentación de listas para la interna, aunque anticipan que apelarán el fallo. No obstante, el margen para tomar decisiones estratégicas se achica, y la presión para definir un rumbo se acelera.
