Mariela Parisi, ex decana de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Córdoba, fue imputada por el fiscal federal Enrique Senestrari por los delitos de administración fraudulenta e incumplimiento de los deberes de funcionario público.
La investigación comenzó en febrero, tras una denuncia presentada por Lucas Valdéz, basada en información publicada por el portal Striptease del poder.
El sitio había revelado presuntas irregularidades en la gestión de Parisi: utilización de fondos de la facultad para gastos personales, viajes internacionales con viáticos elevados y sin justificación, contratación de familiares —incluidos su esposo e hija— y adquisiciones directas sin el correspondiente proceso de licitación.
Entre los documentos analizados también aparecieron comprobantes de combustible y estacionamiento sin patente asociada, así como resoluciones que autorizaban erogaciones sin especificar montos.
El fiscal puso bajo la lupa además varios viajes a Ecuador, Costa Rica y otros destinos, muchos de ellos sin autorización previa y con reintegros posteriores.
Otro punto cuestionado fue la compra de tecnología y pasajes a nombre de un docente cercano a la gestión, dueño de una agencia de turismo, por cifras millonarias y sin concurso de precios. La auditoría determinó que en distintos casos no se cumplieron las normativas vigentes, lo que evidenció debilidades en la administración.
Ante estas acusaciones, Parisi rechazó haber incurrido en delitos y afirmó que las observaciones tienen carácter “formal” y no constituyen malversación. Argumentó que algunas adquisiciones se realizaron con dinero propio frente a situaciones de urgencia, lo que explicaría la falta de comprobantes regulares. Sobre las contrataciones, señaló que en los cursos de extensión no era requisito contar con título habilitante, y respecto a los viajes, sostuvo que los retrasos en los trámites justificaban la ausencia de autorizaciones previas.