El martes 29 de octubre, alrededor de las 18 horas, la provincia de Valencia, España, se vió sorprendida por una importante lluvia (500 ml por metro cuadrado) en un par de horas, que provocaron que el Río Turia (que en fotos anteriores, parece un arroyo) se convirtiera en una ola de agua y lodo que ingresó a la ciudad y la inundó por completo. Hasta el momento se han registrado 214 muertes y se estiman unos 2000 desaparecidos, siendo la mayor catástrofe de España, desde 1962.
Juan Meiriño, periodista argentino radicado en Valencia, contó en ¡Hola Mañana! de FM Alta Gracia que si bien se sabe ya de que el número de muertos supera los 200, «hoy, personal de las fuerzas vivas se están metiendo en un estacionamiento de tres pisos del Centro Comercial Bonaire, uno de los más grandes de la ciudad. Eso estaba cubierto de coches y en este momento hay buzos en el lugar. Hay mucha menos gente de lo que se esperaba, por el momento no han encontrado cuerpos pero hay cientos de autos atrapados desde el martes pasado. También hay coches en garages y también están chequeando esos espacios».
Miñeiro contó que estaba ubicado en «Rivaroja», un parque recreativo, un camping cerca de un puente que une dos ciudades. «El parque quedó cubierto por un metro de agua y barro y el puente está cerrado al paso por peligro de derrumbe, la gente venía a pasar el día».
El periodista también explicó que el sistema político de España establece que cada provincia es una unidad autónoma y se debe hacer cargo de lo que pasa en su ejido. «Por ello está en discusión si se recibe ayuda de afuera o no y quién la coordina. No se esperaba una lluvia de tenor, no es una zona de lluvias. Por eso creo que las autoridades no saben cómo manejar la crisis, están sorprendidos. Es un evento extraordinario» detalló.
El desborde fue del Río Turia, el cual pasaba por el centro de Valencia. «En el año 1957 inundó toda la ciudad y decidieron modificar su curso y encausarlo por ´una especie de circunvalación´. Esto protegió a la ciudad pero entonces el agua va hacia el sur y todos los pueblos más abajo quedaron bajo el agua» narró.
Sobre cómo continúa la situación, relató: «Ahora viene todo el proceso de recontrucción. El Metro tardará tres meses en reconstruirse, no hay trenes rápidos hacia otras ciudades. La vida cotidiana se ha visto afectada. Yo, particularmente estoy en un sector donde si nos afectó pero no hubo inundaciones, por fortuna».