El caso Sol Arbach lleva cinco años sin justicia. En julio de 2019, la joven de 33 años asistió a una clínica de cirugía estética ubicada en el Cerro de Las Rosas de Córdoba Capital para realizarse un reemplazo de prótesis mamaria ya que se le había encapsulado una de ellas y terminó internada en el Sanatorio Allende con muerte cerebral.

Al principio de la investigación se imputó a la anestesista, María José Ledesma, al médico cirujano Doctor Javier Romero Reyna y al Director de la Clínica, Rafael Cinelli, por «co autores de homicidio culposo». La defensa de uno de los imputados, a cargo del abogado Lucas De Olmos, alegaba una falla mecánica en el respirador.

Finalmente la fiscal Jorgelina Gutiez pidió la elevación a juicio de la causa -hace tres años- pero sobreseyó tanto a Romero Reyna como a Cinelli. Durante cinco años, la familia de Sol y su representante legal brindaron las pruebas pertinentes, exigen que se lleve adelante el juicio y que sean los tres imputados los juzgados.

Cabe recordar que Arbach sufrió una complicación por un neumotórax e hipoxia en medio de la intervención quirúrgica, por lo que fue trasladada Sanatorio Allende, donde finalmente falleció.

Franco Castaño, viudo de Sol, dialogó con el equipo de ¡Hola Mañana! de FM Radio Alta Gracia 103.9 sobre el hecho y los avances del caso durante estos cinco años.

Con respecto a la lentitud de la causa, dijo: «Nosotros hicimos todo como correspondía, las denuncias y los trámites al instante. Entendemos que la justicia debe ser fría pero también se debe velar por los intereses de las personas, de mi hijo sobre todo que es el principal damnificado». «En primera instancia, todo marchó rápido. Luego en el medio vino la pandemia que duró un año y medio. Después vino el pedido de sobreseimiento de Romero y Cinelli. Ledesma apeló».

«Ese día, hablé con ella 40 minutos antes de la operación, me pidió que fuera a ver a mi hijo. A la vuelta me quedé esperando en el auto, ya que había una tía y una prima de ella en la sala de espera. Cuando me di cuenta, ya tenía la ambulancia atrás y la estaban trasladando. Ya había sido intervenida antes y debía quedar un día internada» detalló Franco.

Ante la pregunta sobre ¿cuál fue el problema?, afirmó: «El problema allí fue la anestesista. Ella misma declaró que apagó las alarmas del respirador ´porque molestaban´. Otros testigos dicen que la vieron usando el teléfono, hay triangulación de celulares, con mensajes, está comprobado el uso de redes sociales también durante la operación. A esto se suma una sobresaturación de oxígeno en sangre que produce el neumotórax y el doctor lo descubre cuando le salta sangre, 25 minutos después. Cuando se hicieron los procedimientos ya era tarde y no tenían todo el instrumental«. Franco contó que antes de la primera operación, Sol recorrió varios centros de salud hasta que llegó a este lugar. «Es una clínica reconocida, Cinelli es un médico formado afuera, una eminencia. Pero para mí, desde siempre, presentí que Romero Reyna es un ´fantoche´. ´No sé lo que pasó´ me dijo él cuando salió. Para mí y para toda la familia son todos responsables. Yo perdono pero no olvido».

A nivel personal, Franco relató que «todo cambió, ahora soy papá y mamá. Trabajaba en Córdoba Capital todo el día, decidí volver a trabajar en Alta Gracia para poder estar más tiempo con mi hijo (quien al momento del hecho tenía sólo 2 años). Su familia me acompaña, están muy presentes. Entiende poco pero yo ya le expliqué lo que pasó. Para los niños es más fácil adaptarse y sabe diferenciar entre éstos médicos y el resto».

Respecto al trabajo de la fiscalía, opinó: «Me tocó una fiscalía bastante lenta…para mí, quieren que prescriba la causa…Hace 3 ó 4 años la fiscal pidió los sobreseimientos de dos de los acusados. El juzgado de control lo rechazó, en el medio designaron otro fiscal suplente y nuevamente está bajo la tutela de Jorgelina Gutiez».

«Se quieren sacar un peso pesado de encima. Es una causa médica complicada de mala praxis. Hay otras cuestiones más graves que se han resuelto antes. La demora es culpa de la fiscalía, de la fiscal que no entiende la causa. Hoy Romero Reyna tiene su propia clínica, Ledesma sigue trabajando y Cinelli sigue con su centro de salud» concluyó Franco.

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