En un gesto de fuerte contenido político, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, visitó este jueves a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner en su departamento del barrio porteño de Recoleta, donde cumple prisión domiciliaria por la condena en la causa Vialidad.
El encuentro, autorizado por el juez Jorge Gorini, se produjo en medio de la cumbre del Mercosur y fue interpretado como una señal directa de respaldo hacia la exmandataria argentina, al tiempo que marca distancia con el presidente Javier Milei, con quien Lula mantiene una relación tensa y evitó reunirse durante su paso por el país.
Tras la visita, Cristina Kirchner expresó en redes sociales que se trató de un gesto “más personal que político”, aunque destacó que compartieron una historia común marcada por el “lawfare” y la persecución judicial. “A Lula no pudieron callarlo, volvió con el voto del pueblo brasileño”, escribió la expresidenta.
Durante el encuentro, ambos líderes manifestaron preocupación por la situación institucional en Argentina. Kirchner apuntó contra el gobierno de Milei al advertir que “los ojos del mundo ven una deriva autoritaria” en sus decisiones y llegó a calificar algunas de sus medidas como “terrorismo de Estado de baja intensidad”.
Del encuentro también participaron el diputado nacional Eduardo Valdés y el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, quien se solidarizó con la expresidenta.
La visita de Lula se da en un contexto regional complejo y refuerza su perfil como referente progresista en América Latina, al tiempo que pone en evidencia las tensiones con la actual administración argentina.